Vitamina B + Flavonoides + Buenos hábitos

lo que no conoces y que activa tu sistema inmune

Salome Morales

 El sistema inmune nos defiende de gérmenes invasores, los reconoce y los ataca hasta encontrar su equilibrio, cuando esto pasa mantenemos un estado de salud sano. Existen 3 tipos de inmunidad: la innata, la adaptativa y la pasiva:

·       Inmunidad innata: todo el mundo nace con una inmunidad natural, un tipo de protección general. Por ejemplo, la piel actúa como una barrera para impedir que los gérmenes entren en el cuerpo. Y el sistema inmunitario sabe reconocer cuándo algunos invasores pueden ser peligrosos.

·       Inmunidad adaptativa: inmunidad activa que se desarrolla a lo largo de la vida de una persona. Se desarrolla cuando la gente se va exponiendo a enfermedades o se inmuniza a ellas a través de las vacunas.

·       Inmunidad pasiva: es un tipo de protección "prestada" de una fuente externa y es de breve duración. Por ejemplo, los anticuerpos que contiene la leche materna proporcionan al bebé una inmunidad temporal contra las enfermedades a que se había expuesto su madre. (Tomado de: https://kidshealth.org/)


Podemos ayudar a nuestro sistema inmune con vacunas, sin embargo, también existen muchas otras formas de ayudarle: hábitos simples como lavarse las manos para evitar infecciones o contaminación en nuestro cuerpo, así mismo, es bien conocido que ayuda a un buen desempeño, no solo del sistema inmunológico sino en general de nuestro organismo, una buena alimentación.

Cuando nos hablan de alimento escuchamos junto a esta palabra otra de manera consecuente: nutrición, y a su vez, derivados del término nutrición aparecen: minerales, vitaminas y proteínas. Es importante saber que además de estos componentes existen otros tantos en las frutas y verduras, por ejemplo, se encuentran los fitonutrientes, son sustancias orgánicas que contienen las plantas para su auto-protección y para estimular su propio crecimiento.

También es cierto, que estos componentes de los alimentos nos ayudan a mantener una buena salud, pero en muchos casos no son suficientes si no sumamos a sus beneficios algunas otras prácticas que potencien sus aportes.

A continuación, presentamos una breve guía para elegir los alimentos y hábitos adecuados para potenciar la actividad de nuestro sistema inmunológico:

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1. Consuma Vitamina B

La vitamina B6 ayuda a aumentar la producción de anticuerpos. 
Se encuentra en alimentos como: pescado, aves, cerdo, huevo, queso, tofu, avena, arroz integral, plátanos, vegetales verdes y papa (consumiéndola con cáscara).

La vitamina B12 ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre, estos ayudan al buen funcionamiento de todas las partes del cuerpo, pues son los glóbulos rojos los que transportan el oxígeno a cada una de ellas. El buen funcionamiento del sistema inmune depende también de ésto.

Se encuentra en alimentos como: hígado, almejas, carne roja, lácteos, levadura nutricional fortificada con vitamina B12 agregada.

2.    Consuma alimentos con Flavonoides

Los flavonoides hacen parte de los fito nutrientes. Sus cualidades antiinflamatorias (que previenen la inflamación de los tejidos), auxilian al sistema inmunológico, haciendo al organismo más resistente contra gripas o resfriados y enfermedades de este tipo.

Se encuentran en alimentos como: azafrán, ajo, té verde, manzana, naranja, arándanos, ciruelas, brócoli, puerro, cebolla, uvas, apio, cacao, chiles.

3.    Practique buenos hábitos a diario

Acciones simples que aportan a nuestro organismo bienestar y a nuestro sistema inmunológico fortaleza para cumplir sus funciones:

·       Dormir el tiempo suficiente cada noche (7 a 8 horas).

·       Evitar el estrés, a pesar de situaciones de presión, mantener el control anímico, respire.

·       Hacer ejercicio habitualmente, al menos 3 veces por semana o día de por medio.

·     Evitar el consumo de alcohol y el cigarrillo, el alcohol desequilibra el PH de nuestro organismo, el cigarrillo afecta al sistema respiratorio.

·    Mantener buenos hábitos de higiene, lavarse las manos y evitar tocarnos la cara es indispensable para frenar la propagación de gérmenes que puedan entrar a nuestro organismo.

·       Tener una buena alimentación, esta acción diaria que influye en nuestro organismo de manera positiva.