El Día Internacional de la Madre Tierra, fue oficialmente declarado el 22 de abril de 1970 y es celebrado desde entonces en muchos países en ese día del mes de abril. Surgió de la necesidad de crear conciencia, sobre los problemas del medio ambiente que afectan al planeta. En otras palabras, podríamos pensar que la Tierra ha comenzado a enfermar, desde hace ya un tiempo atrás. Sin embargo, no debemos olvidar que se calcula que la tierra tiene alrededor de 4.543 millones de años, lo que significa que este episodio de su vida es en realidad un período muy breve. Queda claro y hoy en día se hace evidente, que las consecuencias de esta reciente enfermedad del planeta, se hacen sentir en sus habitantes.
El origen de un virus como el SARS-CoV-2, más conocido como Coronavirus, hace parte de una lista de registros anteriores, entre los que podemos recordar la gripe porcina en 2009 o el SARS en 2003 por ejemplo, que son probablemente resultado de Zoonosis: enfermedad o infección transmisible de animales al hombre.
Detrás de esto, hay un panorama invisible que aumenta el riesgo de interacción entre las especies de manera negativa, según el artículo de la investigadora asociada C. O’callaghan publicado por isglobal.org: “Estas interacciones son cada vez más frecuentes dada la explotación de los recursos naturales para responder a las crecientes demandas de energía y alimentos de origen animal de una población en crecimiento. Aproximadamente, la mitad de las enfermedades infecciosas emergentes de origen zoonótico que ocurrieron en el siglo pasado fueron el resultado de cambios en el uso de la tierra, las prácticas agrícolas y la producción de alimentos para responder a tales demandas crecientes”, así mismo indica que “… el origen de nuevos patógenos como el SARS-CoV-2 proviene de la degradación ambiental.” Según este mismo artículo, uno de los más recientes informes del Foro Económico Mundial sobre Riesgos Globales, indica al riesgo ambiental dentro de las primeras posiciones, también señala dentro de los riesgos el de pérdida de la biodiversidad y el cambio climático.
Cualquiera de los anteriores riesgos mencionados, pone en grave peligro la supervivencia de la especie humana y de muchas otras especies que habitan el planeta. Comenzar por el cuidado de la tierra, del suelo mismo, nos llevaría a un camino para abortar esta muerte anunciada que nos estamos labrando. Estamos verdaderamente atravesando por un momento de emergencia global, no solo como especie por la actual crisis sanitaria sino involucrando a nuestro planeta entero en un desequilibrio de su balance natural. Es importante pensar en la salud planetaria y frenar prácticas como la quema de combustibles fósiles como los derivados del petróleo, actividades extractivas en selvas tropicales, deforestación, uso de agroquímicos en los cultivos; todas estas acciones nos empujan hacia los riesgos señalados.
Salud por la Tierra
La salud planetaria y sus efectos en la salud humana
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