El Queso

La intensidad del Sabor

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Este alimento, fue el primer derivado lácteo que consumió el hombre y uno de los primeros productos conservados. Más tarde se aprendió a acelerar los procesos de solidificación de la leche mediante jugos y extractos vegetales que la cuajaban.

Se presentaron varios "orígenes" del queso, en Grecia, Egipto e India, en la mayoría de los casos fue la forma de conservar la leche y aprovechar sus nutrientes principales (grasa y proteína).


SU PRODUCCIÓN

El queso toma forma del proceso de cuajar la leche, es decir separar los sólidos (proteína y grasa) de los líquidos (suero), se le agrega sal y se prensa, allí obtenemos el queso campesino fresco que conocemos y desde allí comienza la gran aventura de jugar con el fuego, el tiempo, la humedad, los hongos etc, para llenar de sabores nuestro paladar. 

TIPOS DE QUESOS (tomado de Colanta.com)


El primer criterio de clasificación es el origen de la leche, materia prima para hacer el queso.

La leche de vaca es la más usada, sin embargo, muchos quesos son hechos a base de leche de búfala, el Mozzarella por ejemplo. Otros, como el queso Feta, provienen de la leche de cabra. También es posible encontrar quesos de leche de oveja, uno de esos es el Roquefort, y otros tantos son de leche de camella o resultan de la combinación de varias leches para obtener una textura más cremosa y un sabor más suave.

El proceso de elaboración, determina si un queso es fresco o maduro. Este es otro criterio de clasificación.  

Así pues, los quesos frescos, no tienen proceso de fermentación, además contienen un alto contenido de suero y agua. La Cuajada, el Quesito y el queso Blanco, son algunos ejemplos de quesos frescos.

Los madurados por su parte, son quesos sometidos a ciertas condiciones de humedad y pasan un tiempo de guarda, para intensificar sus sabores. A su vez, estos quesos se clasifican según el tiempo de maduración y la textura de la pasta.

El contenido de grasa es otra característica para clasificar los quesos. Así pues, los quesos que contienen menos del 10% de grasa se denominan magros. Los que tienen entre el 20-30% se consideran semigrasos. Los grasos son aquellos que contienen entre 45-60% de materia grasa y los extragrasos son los que superan los valores anteriores.   

Por último, la corteza, la textura interior y la consistencia se consideran también criterios de clasificación de los quesos.


BENEFICIOS

  • Contiene todos los aminoácidos necesarios para que nuestro organismo funcione.

  • El queso es rico en ácido linoleico conjugado y en esfingolípidos, dos componentes de la leche grasa que ayudan a reducir el riesgo de padecer cáncer y del corazón, en pocas palabras, ayuda a reducir las enfermedades crónicas.

  • La grasa que proporciona el queso actúa como combustible para satisfacer las necesidades de energía del cuerpo.

  • En los niños pequeños, los beneficios del queso incluyen ácidos grasos como el linolénico (Omega-3) y linoleico (Omega-6), mismos que son esenciales para el crecimiento, pero en los adultos también ayuda, ya que beneficia al sistema cardiovascular, reproductivo, inmunológico y nervioso.

  • La vitamina A y D que posee ayuda a mejorar la visión y el sistema inmunológico.

  • El calcio y fósforo que contiene también son benéficos para el crecimiento de los pequeños y llenar de fuerza sus huesos y dientes, así como los de los adultos que con el paso del tiempo se van desgastando, pero esto no sólo lo tiene el queso sino todos los lácteos, de aquí la importancia de consumir estos productos a lo largo de nuestra vida, para que, ya avanzados en edad, podamos mantener una buena densidad ósea y prevenir la osteoporosis.

  • Para los dientes no sólo los fortalece, sino que reduce la placa bacteriana, estimula la producción de saliva y mantiene nuestra boca limpia de forma natural.

  • Aunque seas intolerante a la lactosa, siempre podrás comer queso, ya que las cantidades de esta enzima que posee son pequeñas, así que todos pueden consumirlo sin ningún problema.

  • El queso contiene una gran cantidad de ácido fólico, lo que lo convierte en un alimento imprescindible durante el embarazo.

  • Favorece la producción de leche materna en las mujeres embarazadas.

  • Si quieres tener una piel radiante, sólo debes consumir queso, ya que la vitamina B que contiene le ayuda mucho.

  • ¿Eres de las mujeres que sufren mucho con los síntomas premenstruales? Debes saber que otro de los beneficios del queso es precisamente disminuirlos.

  • Para los deportistas, comer queso les hará muy bien, ya que sus proteínas ayudan a formar y recuperar la masa corporal.

    NOTA: Obviamente las propiedades y beneficios del queso varían dependiendo el tipo de este alimento, ya que aquellos que son duros son más ricos en calcio y fósforo, mientras que los más grasos poseen mayor vitamina A, por parte de los quesos blandos podemos obtener una gran fuente de vitaminas el grupo B.


RIESGOS

Pese al atractivo nutricional del queso, su elevado contenido en sodio no lo hace indicado para personas con hipertensión arterial o que deban seguir dietas restringidas en sodio, como en la insuficiencia renal aguda y crónica, síndrome nefrótico o en la encefalopatía hepática con presencia de edema. Las alternativas para estas personas pueden pasar por consumir queso fresco sin sal o requesón, según la gravedad de la patología y recomendación del dietista.

para aquellas personas con hipercolesterolemia o enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es curioso que países como Francia o Grecia, donde el consumo de queso per cápita es elevado, tengan una tasa de enfermedades cardiovasculares relativamente baja, probablemente porque sus dietas son ricas en vegetales.

Otro de los riesgos del queso para la salud es el elevado contenido en aminas de algunos de ellos. Las aminas son compuestos nitrogenados que aparecen en algunos alimentos fermentados, como quesos muy maduros, cerveza y vino, fruto de la descomposición por parte de los microorganismos de los aminoácidos presentes, y que actúan como señales químicas en el cuerpo humano, dando lugar a subidas de tensión arterial, dolores de cabeza y erupciones cutáneas en personas que son especialmente sensibles. Por todo ello, no se recomienda en estas personas el consumo de algunos quesos con alto contenido en aminas, como el cheddar, los quesos azules, suizos u holandeses